Cuando se observa un objeto lejano, el músculo ciliar del cuerpo ciliar está relajado y el cristalino está más plano porque es traccionado en todas las direcciones por las fibras zonulares. Pero, cuando se observa un objeto cercano, el músculo ciliar se contrae y arrastra los procesos ciliares y la coroides hacia el cristalino, en este sentido, esta acción disminuye la tensión de la lente y en las fibras zonulares. Es por ello que, gracias a su elasticidad, el cristalino se vuelve más convexo (más esférico), por lo que amplifica su poder de enfoque y provoca una mayor convergencia de los rayos de luz. Por otra parte, las fibras parasimpáticas del nervio III (oculomotor) inervan el músculo ciliar y, de esa manera, influye el proceso de acomodación.
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